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Escuela de Derecho inicia conmemoración de sus 110 años con conferencia sobre futuro del proceso

23 Julio 2021

En la jornada expuso Raúl Tavolari, profesor emérito de la unidad académica.

Con una conferencia referida al futuro y desafíos del proceso, la Facultad y Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso dieron el puntapié inicial a las actividades de conmemoración de los 110 años de existencia de la unidad académica, oportunidad en que expuso el profesor emérito Raúl Tavolari.

La jornada fue encabezada por el decano de la Facultad de Derecho, Alberto Balbontín, y el director de la Escuela de Derecho, Claudio Oliva, y en ella participaron la secretaria de la Facultad de Derecho, Inés Robles; la secretaria académica de la Escuela de Derecho, Claudia Cozzani; el presidente del departamento de Derecho Penal, José Luis Guzmán; y la presidenta del departamento de Ciencia General del Derecho, Patricia Reyes.

Palabras de autoridades

En su intervención inicial, el decano Alberto Balbontín indicó que “este nuevo cumpleaños nos encuentra en un momento histórico, donde no solo asistimos a un fenómeno político inédito, que determinará nuestro futuro como chilenos, sino que lo hará con inmediatos efectos en lo que es nuestro directo quehacer profesional. Y, por lo mismo, nos pone un desafío como Escuela de Derecho, cuya misión es formar a los futuros abogados que habrán de trabajar con un instrumental que, probablemente, sea muy distinto a lo que ha sido el producto de la serena evolución jurídica de nuestro país. No se trata de enfrentarnos en un año más a un nuevo texto constitucional solamente, sino que ello deberá ir acompañado de todas las necesarias modificaciones del ordenamiento jurídico que tributará a aquella carta fundamental, a lo que habrá de agregarse, con toda seguridad, una nueva concepción del derecho que regirá en nuestro país, a juzgar por lo que se percibe en el ambiente mayoritario de la convención constitucional”.

“Al cumplir los 110 años de existencia, nuestro compromiso con el derecho debe ser fortalecido, pues ni la anarquía ni el voluntarismo político pueden reemplazar la seguridad que nos da el derecho ‘en serio’ y, por tanto, profesores y profesoras tendremos que estar atentos a los cambios que sobrevengan, de modo que podamos ofrecer a nuestros alumnos una formación que les permita enfrentar los desafíos de una sociedad que evoluciona con una velocidad cada vez más vertiginosa, y que impone al derecho una exigencia que parece no resistir bajo las parsimoniosas prácticas tradicionales”, cerró.

Por su parte, el director Claudio Oliva aseguró que “es un momento para celebrar y reflexionar sobre nuestro pasado y futuro, y en este caso creo que eso se ve de algún modo facilitado por el hecho de que en nuestra fundación quedaron erigidos los cimientos de nuestra institución. Probablemente hay pocas instituciones en que sus valores fundamentales, aquellos que vale la pena preservar, adaptándolos a cada momento, hayan quedado fijados ya en el momento de su fundación”.

“Nuestra escuela surgió porque hasta 1911 la única Escuela de Derecho de la zona pertenecía a una institución católica. En 1910, un grupo de 19 estudiantes de ese curso de leyes dirigió un telegrama a lo que se llamaba entonces el Centro de Propaganda Radical, apoyando un proyecto de ley que ese partido promovía. Esos estudiantes decidieron retirarse del lugar donde estudiaban y eso hizo que la opinión pública laica de la ciudad comenzara a demandar con fuerza al gobierno la creación de un curso fiscal de leyes. Y así se produjo, por decreto del presidente liberal Ramón Barros Luco, en mayo de 1911, la creación del que se llamó Curso de Leyes de Valparaíso, y ahí quedó asentado nuestro valor central: el pluralismo, la libertad para expresar todo tipo de ideas, el tener una valoración positiva de la diversidad de opiniones. Eso es lo que vale la pena que sigamos manteniendo en el futuro, y lo que nos debe guiar en ese afán. Esta es una escuela sin doctrina oficial, más que la de carecer de doctrina oficial, y de la adhesión a los valores que hacen posible el pluralismo, el que, a la vez, produce como efectos”.

“El futuro del proceso”

En su intervención, el profesor emérito Raúl Tavolari indicó al inicio que “no puedo dejar de compartir mis palabras de agradecimiento por esta formidable ocasión, para expresar mi admiración y afecto a esta escuela, con la cual tengo afectos y vínculos insuperables. A lo largo del siglo XX hemos tenido con mi familia la fortuna de estar relacionados con la Escuela, entonces cómo no sentirme unido a ella y, además, con la condición que me otorgaron de profesor emérito”.

Respecto al futuro del proceso, aseguró que “sus desafíos no pueden si no ser los de la justicia y en especial los de su humanización, términos con los que es posible coincidir entre todos sin grandes dificultades. Es que, en todos los confines, aún se trate de familias jurídicas muy disímiles, se observan y acogen ciertos fundamentos insustituibles de la actividad procesal que, apuntando a la persona, se remontan a cientos y cientos de años, que se expresaron quizás tímidamente en los recordados términos de la Carta Magna, que se recogieron en fueros y estatutos de viejos reinos ibéricos y hoy en nuestra época continúan transitando vigorosamente hacia ideas cada día más comunes y compartidas, ensalzando al hombre y su dignidad. Hacia allá apuntó el colosal movimiento de Mauro Cappelletti de acceso a la justicia, que tan profundamente caló en todos nosotros, particularmente en los procesalistas de los últimos lustros del siglo que se fue, pero también en nuestros maestros latinoamericanos, y esto nos obliga a mirar hacia adelante”.

Aseguró que preguntarse hoy por el futuro del proceso “no es más que una manifestación de esta misma duda que corroe, porque constituye al propio tiempo demostración de grados de insatisfacción, de ocultos anhelos de mejoría, finalmente de esperanzas de superación. Tras la interrogante no reposa la simple curiosidad, sino un conjunto de otros sentimientos, algunos de los cuales, como el temor, la duda y la insatisfacción, no ocupan lugares preminentes en la escala axiológica, pero que, en la perspectiva de elementos motivadores de la reflexión jurídica, terminan apuntando a temas de consideración e importancia social. La complejidad de la cuestión propuesta, que es al mismo tiempo su riqueza, consiste en que, en procura de respuestas idóneas, debería el operador pasar revista a todas las relevantes materias que han venido ocupando a la dogmática procesal por siglos, ímproba tarea que difícilmente se pueda cometer con éxito, entre otras razones, por las propias limitaciones personales. Pero de lo que se trata es de lograr acuerdos y hemos de intentar convenir en las vías jurisdiccionales. Esto es, en los caminos para arribar a la justicia, actividad a la que el proceso sirve instrumentalmente, y esto impone determinar muchos aspectos: roles de protagonistas, modalidades de regulación, actuación e interrelación de institutos procesales, en fin, la justicia”.

El registro completo de la actividad se puede revisar en https://bit.ly/2V8Q65z.