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Kinesiología aplica con éxito su primera ECOE en modalidad remota a un centenar de estudiantes

03 Septiembre 2021

Coordinador del comité curricular de la Escuela, Leopoldo Galindo, valoró la incorporación de la tecnología digital en este proceso.

Por primera vez desde su creación, la Escuela de Kinesiología de la Universidad de Valparaíso aplicó una Evaluación de Competencias Objetivas Estructuradas (ECOE) a sus estudiantes mediante distintos ejercicios de simulación clínica que fueron presentados, analizados y medidos exclusivamente en modalidad remota.

Esta innovación, en la que intervinieron una docena de docentes y un centenar de alumnos de primero a tercer año del pregrado, se implementó para subsanar las dificultades que implica realizar actividades académicas presenciales masivas y simultáneas en un mismo lugar, dado el contexto que aún se vive por causa de la pandemia de Covid-19.

“En 2020 tuvimos que suspenderla, por lo que en esta ocasión -previendo una situación similar por la mantención de las restricciones sanitarias y los protocolos destinados a evitar los contagios-, decidimos incorporar la tecnología digital en este relevante proceso, lo que finalmente hizo posible realizar las pruebas en línea y de manera sincrónica, a través de la pantalla”, explicó el coordinador del comité curricular de dicha unidad y encargado general de la evaluación, Leopoldo Galindo.

Características

La Evaluación de Competencias Objetivas Estructuradas es el instrumento principal de medición del progreso o avance curricular de una carrera y de la adquisición de parte de los estudiantes de las competencias que ésta declara en su perfil, por lo que su aplicación es de gran importancia.

El ECOE de la Escuela de Kinesiología de este año convocó a dos grupos de cincuenta estudiantes: uno conformado por los que a la fecha tenían aprobados los tres semestres iniciales de la carrera (nivel 1) y otro integrado por los que ya habían completado el sexto semestre (nivel 2).

Ambos fueron evaluados el mismo día: el primer grupo en la jornada de la mañana, y el segundo por la tarde. Cada estudiante debió conectarse a la hora indicada para su nivel, por medio de un enlace de internet, a una plataforma remota que fue especialmente habilitada y en la que se le dio la bienvenida y se le explicaron los ejercicios.

En lo esencial, la evaluación consistió en la proyección de videos de dos a tres minutos de duración sobre casos clínicos simulados, los cuales fueron elaborados con la ayuda del SIMUV de la Facultad de Medicina para cada una de las cinco etapas o estaciones que ésta consideró.

“Por medio de esas imágenes, cada estudiante fue enfrentado a un cuestionamiento que tenía que resolver bajo la atenta mirada de docentes guías. Una vez exhibido el video, a cada evaluado se le enviaba un enlace para acceder al formulario de respuesta, el que debía completar en los cuatro a ocho minutos siguientes, dependiendo de las características y complejidad de cada caso. Fue una actividad en línea y totalmente sincrónica, por lo que todos los estudiantes vieron cada video y respondieron por separado, pero al mismo tiempo. En caso de enfrentar un problema técnico, el afectado era derivado a una sala virtual aparte donde se lo ayudaba. Finalizado ese plazo y al término de la última estación, los docentes encargados de cada etapa dieron a conocer las soluciones y respondieron las consultas o dudas de los estudiantes. En total, el ECOE duró una hora y media aproximadamente, por nivel”, precisó el profesor Galindo.

Análisis comparado

El coordinador del comité curricular de la Escuela de Kinesiología de la UV valoró la implementación de esta metodología remota, principalmente por las ventajas que a su juicio otorga en cuanto a lo logístico, la temporalidad y el uso eficiente de los recursos.

“Esta modalidad nos permitió reducir a la mitad la duración de los ejercicios, ya que no fue necesario dividir a los estudiantes en grupos más pequeños, lo que siempre termina siendo agotador para evaluados y evaluadores. También favoreció las tareas de control y supervisión, la capacidad de dar respuestas y el manejo general de la actividad. Incluso, significó un ahorro significativo de papel y otros insumos”, sostuvo Leopoldo Galindo.

No obstante, el profesor encargado del ECOE argumentó que, si bien lo digital permite hacer una medición adecuada de las competencias cognitivas, ésta presenta indicadores descendidos en lo relativo a los registros de las habilidades procedimentales y actitudinales.

“Una cosa es que el estudiante sepa lo que tiene que hacer, otra es cómo lo hace y cómo es capaz de relacionarse con el paciente u otras personas. Esta evaluación en línea nos permitió ahondar bien en el área de los conocimientos, mas no en las otras dos competencias. Pero la idea que tenemos es incluir nuevas aplicaciones y otros elementos digitales que nos permitan medir mejor esas habilidades procedimentales y actitudinales y, de paso, nos acerquen más a obtener los resultados que queremos. En todo caso, dado el contexto, nos parece que este ECOE fue muy positivo y así también lo consideraron los estudiantes en general”, concluyó el académico.