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Estudiantes de Arquitectura desarrollan proyectos para carpintería de ribera

14 May 2018

Alumnos del Taller de Asentamientos Costeros, dirigido por Eduardo Emparanza, viajaron a Chiloé para conocer la temática.

Una serie de proyectos para la carpintería de ribera de Chiloé se encuentran desarrollando los estudiantes del Taller de Asentamientos Costeros de la carrera de Arquitectura, dirigido por el profesor Eduardo Emparanza, luego del viaje que realizaron a la Isla Grande, donde debieron conocer el lugar e interactuar con los carpinteros para conocer su realidad.

La metodología del taller incluye la recopilación de antecedentes y conocimiento previo del lugar donde están los astilleros, ya que el foco de atención es el territorio donde se desarrolla, ya que por lo general son talleres improvisados, los cuales funcionan cuando se les encarga una embarcación de envergadura y dentro del presupuesto se incorpora la instalación de un techo para mantención de la madera en condición de humedad -para evitar la exposición a la lluvia- y se usa la marea como fondo para hacer el tirado de la embarcación.

El académico Eduardo Emparanza señala que “la travesía comienza con el diagnóstico y conocimiento previo para fijar un recorrido y una estrategia de viaje, para conocer el espacio público en el borde costero y la temática de los carpinteros de ribera con sus astilleros artesanales. El Ejercicio proyectual busca que los alumnos se involucren con los usuarios finales de sus proyectos, cosa que no es tan fácil, porque deben interactuar, ver a la gente construyendo, analizar con las personas en el lugar y participar con ellos en el proceso cotidiano donde se realiza la actividad, que es finalmente donde ellos tendrán que hacer una propuesta”.

Emparanza explica que “las embarcaciones generalmente pueden ser de carga, pesqueros o de transporte de pasajeros, pensadas para mar abierto, mar oceánico o canales. Todas esa variables determinan su diseño, en un proceso donde el carpintero no es solo es el ejecutor, sino el diseñador, ese es su valor y por eso nos interesa que nuestros alumnos puedan interactuar con ellos”, indica.

El académico añade que “por ese motivo el ejercicio se replantea la actividad en el mismo lugar o incluso puede modificar la localización por condiciones técnicas. Lo que se busca es el cambio de una actividad particular a una de interés público, con la generación de espacio y la creación de equipamiento público que pueda albergar la carpintería de ribera y la asociatividad a una actividad turística, ya que muchos carpinteros están pensando en instalar cafés para atender a los turistas que los van a visitar, entonces los alumnos deben proponer una solución, por ejemplo, con acceso a la vía marítima a través de un muelle, donde ya comienza a generarse un lugar público”, agrega.

Identidad territorial[(b">

Según explica el profesor, “el objetivo de trasladar a los estudiantes fuera de Valparaíso busca que ellos enfrenten territorios e identidades culturales distintas, para sensibilizar sus proyectos a esas realidades. Es un pretexto para enfrentarnos a un terreno cultural claro, donde los alumnos tienen material para proyectar ese ejercicio. De hecho, la dinámica del viaje es que durante el todo el día estamos visitando los lugares, pera luego en la noche finalizar con una cena costumbrista, en la cual existe un tiempo para reflexionar y producir una interacción con los profesores, que es el momento donde se generan las ideas”.

“En las visitas los estudiantes tienen la oportunidad de conversar con la gente, hacer croquis, fotos y observar en función de lo que deben proyectar y pensar cuál va ser la transformación del lugar. Para eso trabajamos con un dron cuya rutina de vuelo nos entrega datos del levantamiento topográfico de alta precisión. La carpintería de ribera es una actividad que se debe actualizar, entonces este ejercicio de proyecto busca poner en crisis y extraer las materias involucradas en los temas, darle vuelta al problema y proponer un tipo de obra que permita estas transformaciones”, añade.

Esta es la quinta travesía organizada por el taller, que integran alumnos de cuarto y quinto año de la carrera. Anteriormente ya habían visitado Hornopirén, Llanquihue, Concepción y las caletas rurales de pescadores de la Región de Atacama. Los proyectos que los estudiantes deben presentar son todos individuales, pero la dinámica es que visitan en grupo dos o tres sectores. Una vez finalizado el viaje, los alumnos tienen tres meses para presentar sus proyectos.

El taller está integrado por Patricio Winckler, académico de Ingeniería Civil Oceánica, quien trata el tema del oleaje y obras costeras; Romina Araya, cuya temática es la materialidad de la obra y condiciones ambientales; el propio Eduardo Emparanza, quien analiza el componente urbanístico y el rol de las obras en el borde costero, junto con Franz Stark y César Araujo, quienes están a cargo de los proyectos. La delegación estuvo integrada además por cuatro estudiantes de Gestión en Turismo y Cultura, junto a un grupo de alumnos de intercambio.