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Universidad de Valparaíso dio a conocer completo estudio sobre brechas de género en la institución

31 Agosto 2018

Un dato relevante es que las diferencias salariales entre mujeres y hombres son mucho menores al promedio nacional.

En el Aula Luis Vicuña Suárez de la Escuela de Derecho tuvo lugar este viernes la ceremonia de entrega del “Análisis sobre las relaciones de género en la Universidad de Valparaíso”, trabajo elaborado por la Unidad de Igualdad y Diversidad y que comenzó a ser elaborado en 2016.

El acto fue encabezado por el rector de la UV, Aldo Valle, y la encargada de la Unidad de Igualdad y Diversidad, Daniela Marzi, y contó con la asistencia de diversas autoridades académicas y administrativas, así como de numerosos docentes, funcionarios y estudiantes.

Tras la intervención del rector Valle y la presentación de un resumen del informe, a cargo de la profesora Marzi, se desarrolló un panel de análisis del documento, moderado por Javiera Arce, secretaria ejecutiva de la Unidad de Igualdad y Diversidad, y las panelistas invitadas Teresa Valdés Echeñique, socióloga, y Virginia Guzmán Barcos, investigadora del Centro de Estudios de la Mujer.

Según expresó Daniela Marzi, la entrega del Informe de Género “es un hito importante dentro de lo que ha sido la trayectoria de la Unidad de Igualdad y Diversidad desde el año 2016 hasta ahora, porque recordemos que esta Unidad se crea con dos misiones principales: una, la elaboración del Protocolo, que era la más apremiante, pero al mismo tiempo se encomendó la elaboración de una especie de radiografía de la situación de todas las mujeres al interior de la Universidad”.

Destacó asimismo que “como experiencia de trabajo, de investigación, para la Unidad es sumamente importante, pero también tiene una importancia política, porque es lo que puede dar racionalidad a los debates de medidas correctoras de las desigualdades de género al interior de la Universidad”.

Respecto de la vinculación de este trabajo con las demandas feministas de los últimos meses, la encargada de la Unidad de Igualdad y Diversidad afirmo que “va a ser un aporte en la ampliación de los temas del debate. (…) Está presente la violencia sexual, pero además está la situación laboral de las funcionarias académicas y no académicas; está nuestra posición respecto a los lugares de poder dentro de la Universidad; para las estudiantes, muchos problemas que ellas tienen en aula para poder ejercer su derecho a la educación en igualdad de condiciones. Pone mucha información y reflexión sobre la mesa, entonces pensamos que vale la pena leerlo y comentarlo, criticarlo”.

Por su parte, el rector Aldo Valle destacó que “es la primera vez que se lleva a cabo un análisis, una investigación que se transforma en un diagnóstico de cuáles son las desigualdades de género que hay en nuestra Universidad en las distintas dimensiones, y en consecuencia hay un documento elaborado metodológicamente de un modo que constituye una evidencia; hay unas descripciones, unos datos muy concretos, y eso hace, desde luego, un cambio significativo: no teníamos esto”.

Valle apuntó la relevancia de que el Informe de Género es resultado de la propia institucionalidad de la Universidad: “La Unidad de Igualdad y Diversidad es un órgano de la Universidad, y en ese sentido me parece a mí que nos pone en una etapa distinta, que es mirar ahora cómo asumimos propuestas de cambio, y nos deja en la otra condición: de ser consecuentes y de no simplemente describir, observar, constatar. Entonces, ahora tenemos una tarea más difícil, creo yo, que es cómo transformamos esa realidad que todos decimos —y que todos creemos, creo yo— no es lo que debe ser una universidad”.

La información recopilada en el “Análisis sobre las relaciones de género en la Universidad de Valparaíso” servirá como sustento para la elaboración de acciones y políticas institucionales que hagan frente a la situación en que se encuentran los grupos sociales desaventajados que conviven en la institución.

Datos

El Informe de Género es una amplia investigación que contiene un detallado análisis de la situación de las personas que componen toda la comunidad universitaria, basado en un exhaustivo estudio de la literatura internacional existente sobre las brechas de género en la educación terciaria y una bajada al contexto institucional basada en la obtención de datos internos, así como también a través de la encuesta propia “Sobre la situación de hombres y mujeres en la Universidad de Valparaíso”.

Numerosos son los datos estudiados, de los que destacamos los siguientes:

—Brecha salarial: En la UV, la brecha salarial es cercana al 10 por ciento entre los académicos, y a un 9 por ciento respecto del estamento funcionario. Se aprecia una feminización de carreras y una masculinización de otras, lo mismo en el estamento de funcionarios de colaboración. A pesar de que la brecha salarial promedio registrada en la Universidad de Valparaíso es menor que el nivel nacional, que supera el 20 por ciento, la desigualdad se produce en la contratación, en que se aprecia la presencia de muchas mujeres en la condición de contrato a plazo fijo y muy pocas en planta. De hecho, el total de mujeres académicas en la Universidad representa un 38,6 por ciento, en que la Facultad con más mujeres es la de Farmacia, con un número cercano al 71 por ciento, mientras que la que posee menos académicas es la de Humanidades, que alcanza sólo un 20 por ciento.

—Jerarquización: Aquí hay una notoria brecha, por cuanto el análisis arroja que la titularidad sólo la alcanzan un 25,4 por ciento de las académicas, un 38,2 por ciento obtiene el rango de adjunto, un 41,9 por ciento de las mujeres logra la jerarquía de auxiliar y, en el nivel más bajo, un 50,9 por ciento alcanza la naturaleza de ayudante.

—Naturaleza del contrato: La mayoría de la Universidad de Valparaíso se encuentra con contrato a plazo fijo (82 por ciento) y un 18 por ciento se encuentra en contrato indefinido (planta). Desagregando por sexo, del total de trabajadores en planta, un 33 por ciento son mujeres, y en contrato a plazo fijo, estas alcanzan el 40 por ciento.

—Representación política: Las mujeres, en general, se encuentran subrepresentadas en los espacios en que se toman decisiones. Es más, en Chile, aún con la existencia de ley de cuotas, éstas no superan el 22 por ciento de la representación en el Congreso Nacional. En el caso de las universidades, esta situación se repite y aún más respecto de los cargos de más altas jerarquías académicas, que son un reflejo de la brecha en jerarquización. De las autoridades del nivel central: rector, prorrector, secretario general, vicerrectorías Académica, de Investigación y de Vinculación con el Medio, sólo en esta última se aprecia la existencia de una mujer. En cuanto a las direcciones de Escuela, de un total de 52, sólo 15 son mujeres, equivalente a un 29 por ciento. Respecto de las secretarías académicas, las mujeres alcanzan un 58 por ciento, siendo estos últimos los cargos menos relevantes de la estructura. Es así como se aprecia la distinción entre dos clases sociales: los que piensan y las que gestionan.

—El acoso sexual: Dentro de los casos más graves, se observa el “uso de fuerza física para tener relaciones sexuales”, donde un 0,6 por ciento de las estudiantes declara haberlo sufrido frente a un 1,3 por ciento de los alumnos , porcentajes que se repiten en el caso de funcionarios (1,3 por ciento) y sus pares mujeres (0,6 por ciento), mientras que para los otros estamentos no se observan datos. Luego, se menciona en todos los grupos “roces, contacto físico no deseado” que, en el caso de las estudiantes de pregrado llega al 14,6 por ciento y en sus compañeros a una frecuencia de 9,6 por ciento. Para las estudiantes de postgrado, la cifra se alza a un 15,1 por ciento pero baja en sus compañeros a un 2,4 por ciento de frecuencia, mientras que en el caso de las académicas el guarismo se observó en un 7,2 por ciento y en las funcionarias en un 3,6 por ciento de frecuencia. Las situaciones más declaradas son las burlas, comentarios o preguntas incomodas en relación a la sexualidad, piropos o comentarios no deseados sobre la vida sexual y miradas morbosas o gestos sugestivos que molestan a quienes los reciben que, en el caso de los estudiantes de pre y postgrado, alcanzaron en torno al 30 por ciento, en el grupo de académicos al 28 por ciento y para el estamento administrativo en torno al 20 por ciento de ocurrencia.