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Editorial UV rindió homenaje al poeta Floridor Pérez

03 Junio 2015

En presentación de antología “Obra completa-mente incompleta”.

“Aquí ni siquiera yace / pues no ha muerto todavía / un tipo que día a día / cargó la cruz que a Dios place: / plantó un árbol, hizo clase / le dieron y dio lecciones, / tuvo hijos, publicaciones / y —de serle concedido— / reeditara lo vivido / con dos o tres correcciones”.

Es “Pre-epitafio”, de “Tristura”, de Floridor Pérez, obra incluida en el libro “Obra completa-mente incompleta”, que la Editorial Universidad de Valparaíso presentó, en un homenaje al poeta, este martes en dependencias del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. El acto vino a ser un justo reconocimiento al destacado poeta nacional, cuyo trabajo, a juicio de muchos, no ha sido debidamente valorado en Chile.

La obra fue presentada por Ernesto Pfeiffer, editor del sello universitario; Eduardo Llanos, quien prologó el libro, y Rosabetty Muñoz, poeta y profesora. En la ocasión, leyeron textos del autor los poetas Sergio Muñoz y Sebastián del Pino, y el poeta y payador Hugo González interpretó algunas improvisaciones y cuecas.

Escritor y formador

Rosabetty Muñoz indicó que más que a presentar, “vine a saludar la salida de este libro, a alegrarme con él. Vengo desde Chiloé solamente a esto, y vine más que nada por el amor que le tengo, y porque creo absolutamente en que él, más allá de que es un gran poeta -yo lo leo mucho, pero también leo bastantes otros poetas chilenos, y me parece uno de los grandes-, fundamentalmente yo admiro en él al formador, al educador del que yo me alimenté para hacer mi trabajo profesional”.

Añadió que “el papel de Floridor, la importancia que ha tenido dentro de la literatura chilena, no ha sido valorada lo suficiente. Es la percepción que yo tengo, y me da la impresión que este gesto de la Universidad de Valparaíso era no sólo necesario, sino que justo. Y eso yo lo manifiesto como no solamente la aparición de la Editorial con estos títulos importantes, que son sumamente valiosos para la sociedad chilena, que tienen tremenda raigambre, sobre todo en la poesía, pero fundamentalmente por tener a poetas como Floridor, que por la personalidad que él tiene no es una persona que vaya a andar persiguiendo ni los honores ni las ediciones. Que pongan el foco sobre él me parece un acto de justicia”.

Institucionalización de un título

En la ocasión, Floridor Pérez se refirió a los textos incluidos en el libro, hizo algunos recuerdos, comentó anécdotas, y leyó algunos de sus versos. A su juicio, la importancia de esta publicación es que viene a “cumplir una etapa, porque este es un libro que recoge parte que a mí me interesa de lo que podría pretenciosamente llamar mi obra, pero que además institucionaliza un título. Me dijeron ‘pero cómo vas a repetir, si ya publicaste un libro que se llamaba así’. ¿Y de qué se trababa eso?: obra completamente incompleta. Y sigue siendo perfectamente eso. Así que a propósito de este libro, decidí que todo lo que publique en carácter de antología de aquí hasta el fin de mis días, se va a llamar ‘Obra completamente incompleta’, y voy a pedir que así se llame el póstumo”.

-¿La obra nunca está completa, nunca?

“La obra se completa en el lector, y eso va a seguir pasando, espero. Cómo no me va a sobrevivir unos cinco años siquiera”.

-¿Está contento con la edición?

“Los libros de esta editorial tienen una curiosa innovación, que consiste en volver al pasado, a la historia del libro con costura a la vista. Pero uno se olvida de eso. Yo, fíjese, tenía serios temores, pero los libreros me dicen que ha causado muy buena llegada al público. Es un libro además cordial contigo, porque tú en tu mesa, en tu escritorio privado, lo extiendes y él se queda ahí, quieto, esperando que lo lean: no se cierra como trampa de ratones”.

Hincha de Santiago Wandereres, a pesar de no ser porteño, el poeta señaló hace un tiempo en la UV que cuando tuviera este libro en sus manos, iba a ir con él al estadio de Playa Ancha, y a levantarlo cuando el público gritara un gol.

-Ahora que tiene el libro, ¿va a ir al estadio?

“Sí, pero cuando me inviten. Efectivamente, nunca he ido a un partido del Wanderers en Valparaíso. Sí he ido en La Cisterna, en mi barrio, mi población, cuando jugó con Palestino. Pero no lo disfruté, porque mis hijos no me dejaron ni ponerme la camiseta, ni siquiera mi insignia, por temor a las represalias”.