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Expertos de CLAES señalan que la academia debe colaborar con movimientos ambientalistas

14 Septiembre 2017

Profesores uruguayos Eduardo Gudynas y Gerardo Honty dictaron charla sobre militancia ambiental en Escuela de Trabajo Social UV.

Expertos internacionales participaron en la charla “Teoría, Práctica Social y Militancia Ambiental en las Disputas sobre los Extractivismos”, que se realizó en el Aula Mary Richmond de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso.

Los panelistas invitados fueron los investigadores uruguayos del Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES) Eduardo Gudynas y Gerardo Honty, quienes se refirieron a la importancia de que la academia aporte con sus conocimientos serios a las causas y movimientos sociales que luchan por la preservación del medio ambiente.

La actividad estuvo encabezada por la directora de la Escuela de Trabajo Social, doctora Elena Salum, y fue organizada por la profesora Paola Bolados, investigadora responsable del proyecto “Neoliberalismo, naturaleza y neo-extractivismo: conflictos socio-ambientales/ territoriales y el surgimiento de identidades post neoliberales (Región de Valparaíso-Chile)”, Fondecyt 11140795.

El panel comenzó con la intervención del sociólogo Gerardo Honty, quien manifestó que su carrera le permitió conocer el tema que actualmente es su principal foco de investigación, el cambio climático y la energía, “que también se pueden abarcar desde la ciencias sociales y no solamente desde las ciencias básicas y duras”.

Comentó que el tema de la militancia ciudadana “era inexistente hace 30 años en Latinoamérica y fue levantado gracias a la academia. Hay una diversidad enorme de organizaciones ligadas a temas medio ambientales y energéticos, pero depende de circunstancias nacionales o internacionales el apoyar y fortalecer las militancias ciudadanas. Nosotros, los académicos, lo podemos hacer a través de informes y estudios que respalden las luchas comunitarias”.

El profesor Honty recalcó que “por eso nuestro aporte es sustancial para lograr que se tomen decisiones políticas locales e independientes. Hay activismos políticos puntuales o sostenidos en el tiempo y el ambientalista es de largo alcance. Los logros no son sólo políticos, sino que tienen un impacto cultural, implican un cambio de visión de la ciudadanía”.

Agregó que “la academia apoya la organización de base ciudadana y para eso deben servir también los centros de investigación. Tenemos que ser un apoyo desde el punto de vista comunicativo, debemos ser capaces de que estos temas técnicos y áridos sean comprendidos por toda la ciudadanía y ayudar a lograr esa correcta interpretación a través de columnas de opinión, artículos y material accesible. No sólo se aporta conocimiento con los libros, sino que también apareciendo con opinión en los medios de comunicación”.

El académico uruguayo dijo que “en CLAES estamos tratando de transformar el conocimiento en apoyo a la militancia ambiental, con alternativas al desarrollo y velando por el cuidado de la naturaleza”.

En el mismo sentido, el profesor Eduardo Gudynas manifestó que los académicos “somos en parte coparticipantes con algunos miembros de la comunidad, porque se trata de materias transdisciplinarias, que no encuadran con la visión académica convencional. Por eso a veces nos catalogan de terroristas ambientales, pero simplemente nosotros no participamos de ese tipo de debates y descalificaciones. Hay pretensión de jerarquía de saberes por sobre los conocimientos locales y eso es insostenible”.

El experto de CLAES dijo incluso que “existe un hostigamiento de las instituciones universitarias hacia quienes ahondan en cuestiones relativas al uso de los recursos naturales, incluso dentro del propio medio académico, como las escuelas de Ingeniería, de Minería, de Economía, etcétera. Por eso el desafío para nosotros es ser doblemente rigurosos en nuestros estudios, pues somos un híbrido, una mezcla de investigación y militancia”.

El profesor Gudybnas llamó la atención sobre lo que denominó “la moda de publicar en revistas indexadas, generalmente en inglés, para ser bien rankeados en las universidades, pero en realidad esos artículos nadie los lee y matan el desarrollo rural latinoamericano y las publicaciones en español que sí tienen impacto local”.

A su juicio, las revistas académicas y científicas “es un mercado y negocio de millones de dólares al año, en lo que respecta a compras de bibliotecas. El 90% de los artículos publicados nadie los lee y no van a ser citados tampoco”.