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Esteban Rodríguez: “El metro en Valparaíso debería llegar hasta los cerros”

15 Noviembre 2018

Destacado arquitecto propone un túnel desde Agua Santa hasta el cerro Larraín, con conexiones hasta Playa Ancha.

“Una línea del metro no puede pasar por el borde de la ciudad, hay que considerar que una estación de metro tiene un círculo de influencia en la ciudad, si la línea está en la orilla se transforma en medio círculo y eso no funciona”, explica el arquitecto Esteban Rodríguez, titulado de la Universidad de Chile Sede Valparaíso y urbanista de la Universidad de Sevilla, España, quien llegó hasta la Facultad de Arquitectura para dictar la conferencia “La ciudad inclusiva”.

El arquitecto, que lideró el diseño de la primera línea del metro en Bogotá, ha participado en proyectos como la primera línea del Metro de Bilbao, el funicular de Artxanda, el Bilbao Exhibition Center (BEC), el Centro de Salud de Atención Primaria y Centro de Alta Resolución en Córdoba, la terminal de cruceros Costacrociere en Barcelona, la Planta de Recuperación Energética de Residuos Urbanos en Bilbao y el diseño del General Purpose Work Bench para el módulo Columbus de la Estación Espacial, entre otros.

Rodríguez aseguró que “la línea que existe en Valparaíso en la actualidad no la considero metro, porque debería llegar hasta los cerros y hay varias formas que se han desarrollado en otros países. Todo el mundo opina que el metro debiera pasar por la avenida Pedro Montt, pero no es solo eso, sino que más bien tiene que venir desde mucho antes. Lo ideal sería que viniera desde Agua Santa, con un túnel que pasa por debajo de Recreo, Esperanza, Los Placeres y Larraín, para llegar hasta Playa Ancha”.

“Todo esto que parece una locura, es la mitad de la longitud de la línea 3 que se está inaugurando ahora en Santiago, que ya va en la número 7. En Valparaíso sería la única línea, que pasaría con un metro subterráneo por debajo de Cabritería y la gente podría acceder a los cerros a través de estaciones de conexión inspiradas en el ascensor Polanco”, agregó.

Ciudad difícil

Consultado sobre qué aspectos le faltan a Valparaíso para ser considerada una ciudad inclusiva, Rodríguez señaló que “todo. Es una ciudad difícil sobre todo para la gente que tienen alguna dificultad de desplazamiento. Valparaíso adolece de todo lo relacionado con accesibilidad, lo que se suma a la propia dificultad que presentan los cerros”.

“Una ciudad inclusiva desde la visión de un arquitecto significa el reconocimiento que toda la gente es importante y sus opiniones son válidas para decidir el futuro de la ciudad. En este contexto los arquitectos tenemos mucho que decir, en especial para las personas que tienen alguna dificultad para desplazarse, que calculo en el país debe ser un número cercano al 25% de la población”, agrega.

Según Rodríguez “a través de mi experiencia en planificación urbana y diseño, en especial en el diseño de metros y ferrocarriles, me he planteado la pregunta de cómo se puede considerar al público como personas que necesitan estar incluidas, ya que no es solo un individuo que está impedido, sino también es quien lleva un coche de bebé, un señor con un bulto grande o una mujer mayor, a toda esa gente hay que atenderla”.

Globalización versus inclusión

El arquitecto indicó que “la ciudad es un espacio colectivo, considerado un continente y un contenido, con dimensiones sociales, económicas y de infraestructura. Del concepto de globalización de los ‘90, donde todos éramos iguales, pasamos a la inclusión, donde cada uno cuenta con sus respectivas diferencias y eso se debe reflejar en los aspectos sociales, económicos y espaciales”.

“Una ciudad inclusiva desde el punto de vista de la arquitectura debe ofrecer movilidad y accesibilidad, pero también ser económicamente eficiente, considerando aspectos como la zonificación, la densidad, la ocupación y edificabilidad, que son clave para tener ciudades más abiertas para la gente”, señaló.