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“Un poema se salva por la capacidad que tiene de conmover”

15 May 2019

Afirmó el poeta Rafael Rubio en el lanzamiento del libro en Santiago de “Viernes Santo”, publicado por Editorial UV.

Ante una numerosa concurrencia, que incluyó a connotados escritores nacionales tales como Jorge Edwards, Manuel Silva Acevedo, Tomás Harris y Marcelo Jarpa, la Editorial UV realizó en la Fundación Cultural de Providencia el lanzamiento del libro “Viernes Santo” del poeta chileno Rafael Rubio

Durante el diálogo que Rubio sostuvo con el director del sello UV, Cristián Warnken, y la poeta Alejandra del Río -quien estuvo a cargo de escribir el prólogo-, el autor aseveró que “un poema se salva por la capacidad que tiene de conmover”.

Al explicar las motivaciones y el proceso creativo que dio origen a su nueva obra, el poeta y doctor en Literatura habló con un espontáneo tono tragicómico, que en más de una ocasión le arrancó carcajadas al público presente en la sala.

“Tengo dos convicciones. Primero, estoy convencido totalmente de la existencia de Dios y, en segundo lugar, creo en la poesía por sobre todas las cosas (…) La poesía me salvó de morir como un gato”, dijo Rubio.

El autor de “Viernes Santo” se definió a sí mismo como “especialista en descender y en los ascensos también”. Por eso, confesó que en esta obra “me jugué la vida” y que se trató de “un descenso bien hondo. El proceso de trabajo de los poemas fue muy tortuoso y doloroso”.

Warnken recordó que el crítico Juan Manuel Vial, en diario La Tercera, catalogó a Rafael Rubio como el “talibán de la métrica”. Al respecto, le consultó al vate sobre cómo concilia en su poesía las dimensiones de la forma con la experiencia de vida. Al respecto, afirmó que “la poesía es vida cargada al máximo de sentido”.

Explicó que comparte el modo de concebir la poesía de Raúl Zurita en cuanto a “dejar de entender el influjo de la vida sobre la obra y plantearlo al revés: el influjo de la obra sobre la vida. Y la vida como un poema inconcluso e imperfecto, a completar y corregir”.

Frente a la pregunta de Warken respecto de si este poemario completa algo en su propia vida, Rubio indicó que “sí, porque en este libro dejé de ejercitarme. Antes creía en el ejercicio poético y que un poema se podía salvar por la perfección de su forma. Ahora me parece que no. Un poema se salva por la capacidad que tiene de conmover”.

El poeta reconoció sentirse muy feliz por la publicación y agradeció a todo el equipo de la editorial UV, especialmente al editor Ernesto Pfeiffer, a quien “le hice caso en todo”, dijo sonriendo.

El evento finalizó con la lectura de Rubio de algunos de sus poemas.

Segundo libro en el sello UV

“Viernes Santo” es un libro que transforma el dolor en poesía. Corresponde al 26º título de la colección Poesía del sello UV y al segundo de Rubio en la misma colección, después de “Mala siembra” (2013).

La edición incluye ilustraciones del pintor Salvador Amenábar y un prólogo de Alejandra del Río. Ella indica en parte de esas líneas que “en este libro no hallarás salvación, no trata del salvador. Trata de un poeta, nieto e hijo de poeta. Poeta, hijo de poeta muerto en extrañas circunstancias. Poeta bendecido por las musas. Poeta más rayado que charango de gato. Joven promesa de la poesía. Pero la poesía no lo redime, no es garantía de nada, no logra la comunión, está muy lejos del perdón. Incluso la herencia se ha vuelto en contra del hijo. Incluso la poesía lo abandona. En este Viernes Santo se vive de muerte, se muere de vida”.

Rafael Rubio Barrientos (Santiago, 1975) es poeta, profesor y doctor en Literatura. Hijo y nieto de los poetas Armando Rubio y Alberto Rubio, ha publicado los poemarios "Arbolando" (1998), "Madrugador tardío" (2000), "Luz rabiosa" (2007) 2010), "Caudal" (2010) y "Mala siembra" (2013), entre otros. Autor de la antología poética de Raúl Zurita "¿Qué es el paraíso?" (2013). Premio FEUC de Poesía (1996), primer lugar en concurso de poesía joven “Yo no me callo” (1997), premio de poesía Pablo Neruda (2008), entre otros reconocimientos. Ha recibido la beca de la Fundación Pablo Neruda (1994) y de los talleres de creación literaria José Donoso (1997-1998).