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Premio Nobel y destacados científicos asisten a encuentro organizado por Centro de Neurociencia UV

30 Diciembre 2009

“La ciencia chilena se encuentra con los Institutos Max Planck” es el simposio que tendrá lugar del 11 al 13 de enero. La Universidad de Valparaíso es la anfitriona de la actividad.

Una plataforma de lanzamiento para establecer fuertes vínculos científicos en forma de colaboraciones, y el intercambio entre la Sociedad Max Planck y los científicos chilenos, será el simposio “La ciencia chilena se encuentra con los Institutos Max Planck”, que se desarrollará del lunes 11 al miércoles 13 de enero próximo. La actividad es organizada por el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV), albergado en la Facultad de Ciencias de la UV.

El doctor Ramón Latorre, director del CINV y académico de la UV, destaca que este simposio “tiene una connotación de encuentro, de presentación. Fundamentalmente lo que estamos haciendo es traer directores de los Institutos Max Planck, que claramente es uno de los institutos más famosos en ciencias del mundo, que vienen a conocer fundamentalmente lo que se está haciendo en ciencia en Chile en dos áreas: un área que es la neurobiología y otra área es que la nanotecnología”.

Explica Latorre que “vamos a tener una serie de simposios divididos en dos áreas: nanotecnología, que va a sencillamente tratar los últimos avances que se han hecho en nanotecnología, y por otro lado neurobiología, en lo que viene lo mejor del Max Planck y lo mejor que tenemos aquí en Chile. Y se discutirá fundamentalmente problemas del sistema nervioso. O sea, lo interesante es que vamos comenzando de las moléculas, de las proteínas mismas que controlan nuestro sistema nervioso, hasta sistemas integrados, como es el cerebro. Comenzamos con una conferencia general, que será dada por uno de los neurobiólogos más famosos del mundo, que es Wolf Singer, que nos va a hablar de la cosa general del sistema nervioso, y terminamos con un simposio en el cual se habla de cómo el sistema nervioso integra la información. Esto es el inicio de lo que yo espero sea una larga amistad, en la que se puedan crear colaboraciones, que nuestros estudiantes puedan ir a visitar los Max Planck y que finalmente tengamos mejor ciencia en Chile”.

Premio Nobel

Entre los participantes que vienen de los institutos Max Planck, destaca la presencia de Erwin Neher, Premio Nobel de Fisiología/Medicina 1991. El científico expondrá martes 12 de enero, el tema “A new view on the vesicle cycle: What’s rate-limiting Turing sustainwed synaptic activity”.

El doctor Neher nació en Landsberg am Lech, Alemania, en 1944. Estudió Física en la Universidad Técnica de Munich y Medicina en la Universidad de Göttingen. En Estados Unidos se especializó en Fisiología. Trabajó como investigador en las universidades de Wisconsin y Yale. Está abocado a la investigación de los principios biofísicos y moleculares del flujo de información entre neuronas, clave para buscar la cura de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer.

Ciencia en Chile

Consultado la razón de que científicos de punta participen en un simposio en Chile, un país que no forma parte de los más desarrollados del mundo en el ámbito de la ciencia, el doctor Ramón Latorre señala:

“Yo creo que en ciertas áreas de la ciencia nosotros realmente hemos hecho un impacto en el extranjero. Es el caso del área de la neurobiología, que en parte partió con nuestro maestro Joaquín Luco en la Universidad Católica, y por otra parte aquí, muy cercano a nosotros, en el laboratorio de Montemar, de donde nace la biofísica chilena, fundamentalmente trabajando en el sistema nervioso, con axones de jibia. El asunto es que de ahí, un laboratorio tan chiquitito, han salido exactamente tres Premios Nacionales de Ciencia y hay dos miembros de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos”.

Añade: “Es cierto, estamos tremendamente subdesarrollados en ciencia. Yo lo he dicho muchas veces: en Chile hay científicos, pero no hay ciencia. Sin embargo, el hecho de poder traer a toda esta gente que nos viene a visitar, significa que en algunos campos nos respetan, significa que podemos recuperar —como decía Marcel Proust— el tiempo perdido, que creo que eso es lo que necesitamos”.

Importancia de las ciencias básicas

Por otro lado, el doctor Latorre destaca la importancia de las ciencias básicas: “La ciencia básica es fundamental para que se desarrolle el pensamiento en un país. Lo único que tiene valor agregado es el pensamiento, el conocimiento —porque la información no es conocimiento—, y lo único que se va a poder vender de aquí a cien años más va a ser conocimiento: no vamos a poder vender ni el cobre ni el vino ni nada de esas cosas”.

Agrega el académico: “Eso es lo importante, eso es lo que tenemos que tomar en cuenta: no basta el pensamiento un poco tecnocrático de que nos vamos a saltar la ciencia básica y vamos a empezar a hacer innovación. Necesitamos a estos pensadores, necesitamos la ciencia básica, porque fundamentalmente sólo es la ciencia básica la que le enseña a pensar a la gente, a crear el conocimiento, el conocimiento realmente nuevo. Creo que este encuentro es como un comienzo no solamente de una larga amistad: puede ser también el comienzo de una solidificación del campo de la neurobiología, del campo de la nanotecnología, para que podamos seguir trayendo a los alemanes del Max Planck para acá, que podamos incorporar a gente de Estados Unidos, a gente de otros lados, y que realmente podamos seguir creciendo en ciencia básica”.

Un país de verdad

Catorce científicos de los Institutos Max Planck y 19 científicos de diversas partes de Chile se reunirán en este simposio, convocado por una institución regional. Para el doctor Latorre este es un hecho de singular relevancia:

“Soy un convencido de que este país nunca va a ser un país de verdad si no hay cultura desde Punta Arenas hasta Arica: las humanidades, la ciencia, todo, deben estar en cada ciudad. Por ejemplo, en Europa: la ciudad de Freiburg, en Alemania, que no sé cuántos habitantes tendrá, quizá 200 mil, tiene una universidad, tiene un museo. La riqueza va por ahí. Tú no puedes crear un país como este país, que está absolutamente concentrado en Santiago, que todo pasa en Santiago: tiene que haber lugares clave, y creo que se puede empezar por Valparaíso, se puede empezar por Valdivia, Concepción, que tienen universidades”.

Añade Latorre: “Esta es una ciudad universitaria, pero tenemos que implementarla, para que nos lleguen buenos estudiantes, y que Santiago se dé cuenta de que es necesario apoyar y dar un trato de minoría a las provincias. Es decir, mandar gente muy preparada, con más sueldo del que se paga en Santiago: que los médicos tengan más sueldo, que los abogados tengan más sueldo, que la gente que piensa tenga más sueldo, que los poetas tengan más sueldo. Sería una bonita manera de crear un país”.

Proyecciones del simposio

Consultado respecto de las proyecciones del simposio de enero, Ramón Latorre explica:

“El problema es dramático. La expectativa de vida en Chile debe estar sobre los setenta años. El Alzheimer, el Parkinson y todas esas enfermedades van a ser las enfermedades del futuro: va a haber más gente con Alzheimer y Parkinson dentro de poco que gente con cáncer. Ésa es una realidad, de modo que el problema es resolver enfermedades que atacan el sistema nervioso, y la única manera de poder entender el órgano enfermo es saber cómo funciona el órgano sano”.

Entonces, las preguntas del futuro pertenecen al sistema nervioso: “Esto lo dijo muchas veces Pancho Varela, un biólogo chileno que fue alumno de Maturana, que junto con él escribió ‘El árbol de la vida’: él tenía la idea de que el sistema inmunológico funcionaba como el sistema nervioso. Y de hecho, uno controla el sistema inmunológico con las emociones, eso es requete conocido: cuando la gente se deprime se enferma, y se enferma porque deprime el sistema inmunológico. Entonces hay una cosa interesante: todo se puede integrar, y a través de estos locos que hacen ciencia básica, aparentemente cosas que no sirven para nada, creo que se va llegar a algún lado”.

Para ilustrar, el doctor Latorre termina diciendo: “Tal vez estoy inventando esta historia, pero es bonita: Lewis Carroll (autor de ‘Alicia en el país de las maravillas’, lógico, matemático, fotógrafo y escritor británico) hizo un montón de teoremas y se los regaló a la reina, y le dijo: ‘le estoy regalando algo que nunca va a servir para nada’. Esos mismos teoremas fueron la base de la mecánica estadística, con la cual se ha hecho una cantidad enorme de aplicaciones. Nunca hay que decir que algo no sirve para nada, porque las cosas más abstrusas terminan siendo cosas muy útiles”.