Capacitación con sentido: UV impulsa la autonomía laboral de mujeres jefas de hogar y personas en situación de calle
La Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Valparaíso certificó a participantes del SernamEG, Fosis y la Fundación Don Bosco en manipulación e higiene de alimentos, junto con talleres prácticos de líneas de producción. Las y los asistentes valoraron el impacto formativo de una iniciativa que les abrirá nuevas oportunidades laborales.
Con un enfoque académico y social que refleja la vocación pública de la Universidad de Valparaíso, la Escuela de Nutrición y Dietética certificó a mujeres jefas de hogar y a personas en situación de calle en manipulación e higiene de alimentos, además de un taller práctico en líneas de producción. La iniciativa —realizada en colaboración con Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (SernamEG), el Fondo de Solidaridad y de Inversión Social (Fosis) y el Centro de Día de la Fundación Don Bosco — buscó entregar herramientas y desarrollar habilidades para fortalecer emprendimientos, generar nuevas oportunidades laborales y avanzar hacia procesos de formalización.
Silvia Sepúlveda, académica y coordinadora de Vinculación con el Medio de la Escuela de Nutrición UV, explicó que el programa combinó formación teórica con un componente práctico desarrollado en los laboratorios de producción de alimentos de la casa de estudios.
“Hicimos la capacitación para dos programas. Las clases teóricas se realizaron juntas, y posteriormente, en grupos separados, se llevó a cabo el trabajo práctico, mejorando sus propias líneas de producción”, señaló.
Cada participante llegó con un producto ya en elaboración —desde repostería hasta preparaciones caseras— y trabajó junto al equipo académico para perfeccionarlo. “Se fueron con su plan completo: gramaje, equipos, diagrama de flujo y todos los pasos de la producción. Además, les enseñamos a elaborar etiquetas con información nutricional y sin sellos, de acuerdo a la normativa vigente”, detalló la profesora Sepúlveda, subrayando que estas herramientas “son clave para avanzar hacia la formalización de sus negocios”.
Para la académica, el impacto también fue formativo para el estudiantado de Nutrición y Dietética que participó en el proceso. “No solo aplican lo aprendido, sino que deben usar inteligencia emocional, bajar el lenguaje técnico y trabajar con realidades diversas. Todo esto les prepara para sus futuras prácticas profesionales”, indicó.
“Es un impacto real en sus vidas”
Para Claudia Reinoso, profesional del Programa Mujeres Jefas de Hogar de SernamEG Valparaíso, el trabajo con la UV ha sido sostenido y altamente valorado por las participantes.
“Llevamos varios años colaborando con la Escuela de Nutrición. En esta oportunidad, mujeres de las cohortes 2024 y 2025 accedieron al curso y al taller práctico, lo que les dio formalidad a lo que ya hacen. Contar con una línea de producción y un etiquetado profesional las incentiva a dar el paso hacia la formalización”, afirmó.
Este año, cinco mujeres —dos de 2024 y tres de 2025— fueron parte del proceso. “Trabajamos con 115 mujeres en total, muchas de ellas del rubro alimentario. Esta capacitación les abre un camino real de crecimiento”, añadió Claudia Reinoso.
“Para ellos es un paso enorme”
La Fundación Don Bosco también fue parte del programa a través de siete personas en situación de calle del Centro de Día. Su director, Carlos Aravena, destacó profundamente el efecto que tuvo el curso en los participantes.
“Para nosotros ha sido una experiencia muy buena, pero sobre todo para ellos. Se sintieron parte, incluidos, valorados. Muchos estudiaban desde las siete de la mañana para sus clases. Eso demuestra el compromiso que demostraron por participar en esta capacitación”, expresó.
Carlos Aravena subrayó que, aunque el número pueda parecer pequeño, “son personas que vienen de condiciones extremadamente complejas, con historias de vulneración y adicciones. Que hayan completado el curso es un paso muy importante”.
La Fundación trabaja con alrededor de cuarenta personas diarias, distintas, y durante el último año atendió a cerca de ochocientas. “Por eso es tan significativo. Una de las participantes ya está emprendiendo en la venta de desayunos. Es un cambio concreto”, agregó.
Voces que dan sentido
Entre quienes vivieron la capacitación, la valoración fue unánime. Margarita Liberona, emprendedora del Programa Mujeres Jefas de Hogar, señaló: “Tengo un emprendimiento de repostería y este curso me sirvió muchísimo. Fue como volver al colegio. Aprendimos de inocuidad, almacenamiento y conceptos que uno intuitivamente hace, pero sin conocerlos técnicamente. Ahora sé lo que estoy haciendo”.
Por su parte, Danilo Parra, participante de la Fundación Don Bosco, expresó que el curso marcó una diferencia en su vida: “Ha sido muy positivo porque me entrega la posibilidad de un nuevo campo laboral. La disposición que tuvieron acá para enseñarnos habla muy bien de la Universidad. Me sentí acogido y eso es muy valioso”, dijo. Sobre las herramientas aprendidas, agregó: “Yo tenía conocimientos teóricos, pero llevarlos a la práctica es muy distinto. Cocinar para cien personas no es como cocinar para dos. Eso vine a aprender, y me voy muy satisfecho”.
Mientras que Carolina Silva, también de la Fundación Don Bosco, resumió su experiencia en pocas palabras: “Fue un muy buen curso. Me abre muchas puertas. Aprendí mucho sobre manipulación de alimentos y lo recomiendo totalmente”.
Un compromiso permanente con la comunidad
La Escuela de Nutrición y Dietética de la UV ha consolidado este trabajo como parte de su estrategia de vinculación con el medio. Para la profesora Sepúlveda, esta articulación entre formación universitaria y necesidades sociales es esencial: “Esto es justamente vinculación con el medio: articular lo académico con realidades territoriales y generar procesos que perduren en el tiempo”.
La académica relevó que las y los participantes recibieron una constancia de aprobación por haber completado exitosamente el curso teórico práctico, y destacó que “esta capacitación cumple con las exigencias de la normativa vigente y refuerza las competencias necesarias para asegurar una adecuada y segura manipulación de alimentos”.


Nota: Pamela Simonetti