Medio centenar de docentes y directivos de 20 liceos y colegios de la región participaron en la jornada de cierre del programa PACE UV
La actividad incluyó una charla y un taller destinado a promover la reflexión y el intercambio de experiencias sobre la importancia que tiene el trabajo colaborativo en el desarrollo de las habilidades esenciales del quehacer docente en el siglo XXI.
Por tercer año consecutivo, el Campus de la Salud de Reñaca fue sede de la jornada de cierre del Ciclo de Capacitación Docente del Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior (PACE) de la Universidad de Valparaíso.
A la versión 2025 de esta actividad acudió medio centenar de profesores, orientadores e integrantes de los equipos directivos de veinte liceos y colegios ubicados en las comunas de Valparaíso, Quilpué, San Felipe, Los Andes, Putaendo, San Esteban, Catemu, Llayllay, Calle Larga, Santa María, Panquehue, Rinconada, Hanga Roa y Robinson Crusoe.
El encuentro, cuyo lema fue “Trabajo colaborativo y codocencia: claves para el desarrollo de habilidades del siglo XXI”, tuvo por objetivo promover el diálogo y la reflexión sobre el fortalecimiento de la colaboración entre pares docentes, fomentando además la construcción de experiencias de aprendizaje significativas y enriquecedoras.
La bienvenida a la jornada estuvo a cargo de la directora general de Pregrado de la UV, Virginia Sánchez, quien junto con mencionar los logros alcanzados en este ámbito dio cuenta del impacto que esta iniciativa ha tenido para el ámbito formativo de estudiantes y docentes.
Asimismo, la autoridad académica valoró de gran manera la posibilidad de convocar, cada fin de año, a las y los integrantes de los equipos educativos de los liceos y escuelas de la región a compartir aprendizajes, herramientas pedagógicas y experiencias que enriquecen su labor.
“El programa PACE se ha consolidado como mucho más que un puente hacia la educación superior. Es una declaración de principios que reafirma nuestro compromiso con la justicia educativa y con la construcción de oportunidades reales. Sabemos que el desarrollo de habilidades esenciales para el siglo XXI —como el pensamiento crítico, la creatividad, la colaboración y ciudadanía activa— es el camino para preparar a nuestros estudiantes frente a los desafíos de un mundo en constante transformación”, sostuvo la directora general de Pregrado.
Colaboración más directa
En tanto la coordinadora de la unidad institucional de Atención Preferencial a los Primeros Años (APPA) y coordinadora subrogante del programa PACE, Daniela Román, destacó el hecho de que a partir de este año, el trabajo que realizaron los profesionales de esa instancia fue mucho más directo que en versiones anteriores.
“Trabajamos de manera mucho más colaborativa en asignaturas específicas y en talleres de desarrollo de habilidades vinculados a objetivos de aprendizaje. Por lo tanto, pudimos acompañar mejor a docentes de distintas disciplinas, como matemáticas, ciencias y algunas especialidades. Cada establecimiento eligió, de alguna manera, una habilidad a desarrollar y eso se fue implementando a través de tres talleres durante el año, talleres que fueron elaborados por nuestro equipo”, explicó la coordinadora.
Cabe destacar que desde su creación a nivel nacional en 2014, el programa PACE ha acompañado y guiado a más de 500 mil estudiantes de tercero y cuarto año de enseñanza media de todo el país, de los cuales unos 35 mil han logrado matricularse en una carrera conducente a una licenciatura en alguna de las veintinueve casas de estudio adscritas a dicha iniciativa.
En la Universidad de Valparaíso, en tanto, las cifras también son positivas y dan cuenta de un avance significativo desde que dicho programa empezó a aplicarse.
Actividades de cierre
La jornada de cierre del Ciclo de Capacitación Docente 2025 consideró la participación, como expositora invitada, de la académica e investigadora de la Facultad de Ciencias de la UV, doctora Pamela Herrera, quien dictó la conferencia “Colaborar para aprender. Codocencia y motivación en la enseñanza del siglo XXI”.
Durante su presentación, la docente se refirió al desafío que implica diseñar y aplicar un proceso de aprendizaje que aborde los problemas y desafíos e involucre a las neurociencias en esa línea de trabajo. En ese sentido, la doctora Herrera reiteró la necesidad de considerar el neurodesarrollo en las propuestas pedagógicas, especialmente a edades tempranas de escolarización, ya que —según explicó— los niños aprenden principalmente a través de lo sensorial, lo que está respaldado por la neurobiología.
En la ocasión, las y los participantes en la jornada también tomaron parte en una actividad práctica, para la cual fueron divididos en dos grupos de trabajo, como parte de un ejercicio destinado a promover la reflexión, intercambiar experiencias y puntos de vista en lo relativo al desarrollo de las habilidades esenciales en el quehacer docente.
Aportes y desafíos
Al igual que en las versiones anteriores, la jornada concluyó con la entrega del certificado correspondiente a cada uno de los profesores y profesoras que participaron en el ciclo de capacitación, el cual fue muy bien evaluado por ellos.
“Esta iniciativa ha sido favorable en todos los sentidos, porque tiene un foco integral que trabaja directamente con el profesor en el desarrollo de habilidades del siglo veintiuno, mediante un quehacer que es colaborativo y que a la vez promueve la codocencia. Y eso aporta gran valor a la experiencia cotidiana de los estudiantes. Es como romper lo cotidiano. Entonces, que vengan profesionales de la Universidad con otras formas de ver las cosas, con otras ideas, también enriquece la autoestima y la formación profesional del docente. Y eso evidentemente impacta a los estudiantes, los que gracias al programa PACE pueden conocer más información para tomar decisiones para la vida. Esto es tremendamente positivo, más en estos tiempos, en que en los establecimientos educacionales formar se ha trasformado en un proceso muy complejo”, afirmó Ángela Rocha, asistente social e integrante del equipo de Gestión del Colegio Jorge Rock Lara de Quilpué.
Similar opinión expresó Jorge Pizarro, profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales del Liceo San Esteban. “Este programa ha sido muy beneficioso. Los jóvenes y el establecimiento se han involucrado cada vez más en él, porque representa una gran oportunidad para muchos de ellos, que pertenecen a un área rural, donde los medios no son suficientes para un preuniversitario o una preparación especial para ingresar a la educación superior. Así las cosas, el PACE contribuye a eso y en materias específicas. Así que estamos muy agradecidos del programa en sí y de la Universidad, de sus monitores y monitoras, porque el compromiso que muestran es grande, y no solo con los alumnos, sino también con el equipo docente. Y nosotros vemos que los frutos están ahí”, dijo.
En tanto, José Guajardo, profesor de Lenguaje y Literatura del Liceo Bicentenario Corina Urbina de San Felipe, comentó que las capacitaciones que consideró este programa de acompañamiento le ayudaron a mejorar su quehacer. “Nosotros tenemos la política de hacer un trabajo con lo que es el pensamiento crítico. Esto implica que las niñas, luego de pasar por primero y segundo medio, se van acercando a lo que es la comunicación, que a través de diferentes tipos de textos ven con más detalle a partir de tercero medio. Entonces, el programa PACE es de gran ayuda, porque es pertinente para los jóvenes, ya que incluye en el proceso de enseñanza temas como las redes sociales. A partir de la reflexión de qué implica emplear redes sociales en la educación, por qué las estoy usando, para qué me sirven y qué cosas también tienen que no son buenas, estamos empleando el pensamiento crítico. Así, de paso, por ejemplo, se puede entender que la tecnología, si bien nos ayuda, también inhibe otras cosas. Esa mirada nos pareció interesante que se pudiera desarrollar con nuestras estudiantes”, aseveró.
Finalmente, Myriam Calderón, profesora de Inglés del Liceo Comercial Alejandro Lubet Vergara de Quilpué, mencionó las ventajas y desafíos que implica adoptar el sistema de trabajo colaborativo del programa PACE. “Ha sido una excelente experiencia, que nos ha permitido revisar algunos contenidos, pensar en forma colaborativa y trabajar nosotros mismos en el liceo, como equipo. En un comienzo, sin embargo, esto no estuvo exento de dificultades, pero logramos superarlas. Por ejemplo, adecuar los contenidos o las habilidades de comunicación con las estrategias y los contenidos de la propia asignatura, que en este caso era Inglés. Entonces, PACE nos movió un poquito el piso, pero al final se logró algo fluido con los estudiantes, que aprovecharon de poner en práctica en clases las cosas que estábamos viendo. Eso fue muy gratificante para ellos y por cierto para los docentes”, concluyó.
Los establecimientos que este año adscribieron al programa PACE fueron los liceos Fernando Silva Castellón de Catemu; Doctor Roberto Humeres de San Felipe; Parroquial Teresita de Los Andes, de Rinconada; Bicentenario Técnico Amancay, de Los Andes; Politécnico América, de Los Andes; Bicentenario, de Llayllay; San Esteban, de San Esteban; Corina Urbina Villanueva, de San Felipe; Politécnico Marga Marga, de Quilpué; Darío Salas, de Santa María; Comercial Alejandro Lubet Vergara, de Quilpué; Manuel Marín Fritis, de Putaendo; Pedro Aguirre Cerda, de Los Andes; Rinconada de Silva, de Putaendo; Técnico Profesional Barón, de Valparaíso; Técnico Profesional Mannheim, de Quilpué; Aldea Educativa, de Rapa Nui, y los colegios Panquehue, de Panquehue; Jorge Rock Lara, de Quilpué, e Insular Robinson Crusoe, de Isla Robinson Crusoe.







Nota: Gonzalo Battocchio / Fotos: Denis Isla