CEGEP presenta nuevo Boletín Agenda Pública con taller sobre el empleo futuro en Chile
Encuentro se realizó en dependencias del CIAE UV y participaron expertos y analistas.
Con un enfoque interdisciplinario y un sentido profundamente ciudadano, el Centro de Estudios para la Gestión Pública (CEGEP) de la Escuela de Administración Pública de la Universidad de Valparaíso realizó el Taller sobre Empleo en Chile, una jornada de reflexión y análisis que abordó los principales desafíos del trabajo en el país, tanto en su dimensión actual como en sus proyecciones a futuro.
En el encuentro participaron el diputado Alberto Undurraga, miembro de la Comisión de Trabajo de la Cámara; Patricia Roa, oficial de Programación de la OIT Cono Sur; Sebastián Gallegos, PhD por la Universidad de Chicago, investigador docente de la Universidad Adolfo Ibáñez; David Acuña, presidente de la CUT 2022-2025, y Felipe Ossandón, magíster en Políticas Públicas del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile.
Los expositores debatieron en torno a los impactos de la automatización, los cambios en las relaciones laborales, la equidad de género en el empleo y la urgencia de fortalecer el diálogo social en un contexto de transformación global.
La actividad fue transmitida en vivo por El Mostrador, ampliando su alcance hacia un público nacional interesado en el debate sobre el futuro del trabajo.
La jornada fue acompañada por la publicación del boletín “Una mirada de futuro sobre el empleo en Chile”, redactado por Felipe Ossandón, investigador del CEGEP, quien planteó una profunda reflexión sobre los desafíos estructurales del mundo laboral chileno y la necesidad de construir una visión compartida y de largo plazo.
En su documento, Ossandón propone que una mirada de futuro sobre el empleo en Chile debe sustentarse en cinco pilares fundamentales, orientados a fortalecer la agencia humana, la justicia social y la capacidad de diálogo en el sistema laboral: sostener la agencia humana, evitando caer en el determinismo tecnológico. El autor subraya que el problema no es la tecnología, sino la opacidad de los centros de decisión. Apunta que las transformaciones productivas deben ser reguladas democráticamente, manteniendo el control humano sobre sus efectos sociales. Asimismo, declarar y equilibrar los objetivos de las políticas laborales, reconociendo sus impactos multidimensionales. Indica que la tensión entre cobertura, calidad y derechos exige transparencia en los objetivos y evaluaciones de las políticas públicas. De igual manera, creer en los actores y fomentar el diálogo social.
Ossandón señala la urgencia de fortalecer instancias como el Consejo Superior Laboral, hoy desaprovechadas, e impulsar una cultura de concertación entre trabajadores, empresas y Estado. Fortalecer la negociación colectiva, superando la idea de que es un lujo o amenaza al empleo. La negociación — argumenta— es una práctica con enorme potencial transformador que permite acuerdos más justos y sostenibles. Superar el temor al reemplazo tecnológico, sacándolo del centro del debate. Según Ossandón, los cambios tecnológicos no implican el fin del empleo, y usar ese miedo como argumento es una forma de chantaje que debilita las reivindicaciones laborales.
Sobre la base de estos principios, el boletín plantea una agenda de urgencias para abordar tanto la creación de empleo como la mejora de las condiciones laborales en Chile.
El primer desafío, señala Ossandón, es abordar de forma integral el empleo femenino. Llama a no retroceder en la participación laboral de las mujeres y advierte sobre políticas que en lugar de favorecer la conciliación, terminan reforzando su retorno al hogar. Además, subraya la importancia de fortalecer las medidas contra el acoso y el abuso laboral, simplificando los mecanismos de denuncia y sanción.
En segundo lugar, el autor propone apostar por un nuevo nivel de diálogo social y avanzar hacia una negociación colectiva articulada multinivel, que permita pactar condiciones laborales más amplias —como jornadas, ingresos mínimos o productividad— entre actores representativos de sectores específicos. En este marco, sugiere incluso reformular la determinación del ingreso mínimo mensual, integrando al Consejo Superior Laboral como órgano rector de un sistema de negociación más participativo.
Otra urgencia es regular los mecanismos automatizados y digitalizados de gestión laboral y producción. Ossandón plantea que no se trata de frenar la innovación, sino de garantizar transparencia, responsabilidad humana y protección de los datos personales de los trabajadores.
Finalmente, propone construir una estrategia integral de derechos para las formas de empleo no tradicionales o “atípicas”, tales como el trabajo en plataformas, la subcontratación o los contratos temporales. “El desafío —sostiene— no es combatir los cambios, sino la precarización y la pérdida de derechos en las nuevas realidades del trabajo”.
El texto concluye con una reflexión que atravesó todo el taller: el trabajo no puede reducirse al empleo, sino que constituye una fuente de dignidad, trascendencia e identidad. Ossandón enfatiza que el reto no es solo generar más empleos, sino garantizar que estos contribuyan al bienestar de las personas y a una sociedad más justa y democrática.




Nota: Rodrigo Reyes / Fotos: Denis Isla