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Doctorado en Neurociencias de la UV obtiene por segunda vez siete años de acreditación

21 noviembre 2025

El programa más antiguo del país en su área fue acreditado hasta 2032, reafirmando su trayectoria, solidez académica y contribución estratégica al desarrollo científico de la Universidad de Valparaíso y del país.

El Doctorado en Neurociencias de la Universidad de Valparaíso —el primero creado en Chile en esta disciplina y el primer programa de doctorado de la UV— volvió a alcanzar una de las acreditaciones más altas a nivel nacional: siete años. La resolución, que extiende su certificación hasta 2032, confirma la madurez, continuidad y relevancia de un programa que desde 2002 ha marcado la pauta en la formación de neurocientíficos y neurocientíficas en el país.

Para el doctor Pablo Moya, quien asumió la dirección del programa en el segundo semestre de este año, la nueva acreditación representa “un reconocimiento a dos décadas de trabajo sostenido. Esta es la segunda vez que obtenemos siete años, lo que nos ubica entre los programas más sólidos del país”, afirmó.

“Desde su creación, el Doctorado se ha sustentado en un claustro muy robusto, con reconocimiento nacional e internacional, líneas de investigación consolidadas y una red de colaboración que hoy nos posiciona como un programa único en Latinoamérica”, añadió.

El académico destacó también que a lo largo de cinco procesos de acreditación —2003, 2006, 2011, 2017 y ahora 2025— el programa no solo ha mantenido su calidad, sino que ha crecido en complejidad.

“Se han incorporado sistemáticamente investigadores jóvenes, que han fortalecido áreas emergentes como la neurociencia cognitiva y la neurociencia computacional. Ese tránsito ha sido coherente con la evolución global de la disciplina”, señaló.

Para la directora general de Postgrado y Postítulo, Angélica Mosqueda, esta acreditación no solo fortalece al programa, sino también a la institución. “Una nueva acreditación por siete años da cuenta de cómo el Doctorado ha mantenido su calidad a través del tiempo”, indicó.

“Los programas de doctorado aportan profundamente al desarrollo científico, y este en particular ha contribuido a posicionar a la Universidad de Valparaíso como una universidad compleja, con investigación de frontera y con un creciente impacto nacional”, dijo.

En esa misma línea, recordó que el fortalecimiento del programa ha ido de la mano con hitos relevantes para la UV, como la consolidación del Instituto Milenio Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV). “Todos estos elementos confluyen y se reflejan en el desarrollo del programa. Es un logro institucional que celebramos”, agregó.

Por su parte, la decana de la Facultad de Ciencias, doctora Marisol Tejos, resaltó la importancia de este resultado para la unidad académica. “Este reconocimiento refleja la trayectoria de nuestra universidad, la excelencia y la investigación de frontera que se realiza aquí”, sostuvo. Y agregó: “Que el Doctorado en Neurociencias —el primero de la Facultad, creado en 2002— mantenga este nivel por tanto tiempo, demuestra que estamos haciendo las cosas bien. Es un ejemplo a seguir y un orgullo para la Facultad de Ciencias”.

La decana subrayó que la acreditación por siete años no solo valida la calidad del programa, sino que contribuye a atraer estudiantes de Chile y del extranjero: “Somos uno de los mejores del país, y quienes vienen a estudiar lo hacen con plena confianza en la formación que recibirán”, afirmó.

Un nuevo sello

Como nuevo director, el doctor Pablo Moya adelantó que una de sus prioridades será enriquecer la experiencia formativa de los estudiantes y fortalecer la relación del programa con su entorno.

“Queremos asegurar que la calidad del programa no solo se mantenga, sino que se robustezca”, explicó.  “Me interesa especialmente que la experiencia global del estudiante sea más enriquecedora: mayor vinculación con el medio, más espacios de encuentro y una participación más activa en las necesidades reales de la comunidad”.

El académico destacó que la neurociencia traslacional —la que conecta el laboratorio con la clínica y con los problemas sociales— será parte del sello que aspira a fortalecer.  “Hay desafíos a la vuelta de la esquina donde podemos aportar, desde el manejo del estrés en contextos educativos hasta intervenciones basadas en evidencia científica. Se trata de escuchar, cocrear y transferir conocimiento de manera efectiva”, afirmó.

Finalmente, el doctor Moya agradeció el trabajo de quienes hicieron posible este logro. “En la acreditación también participaron Manuel Ramírez y Francisca Ramírez, de la Dirección de Autoevaluación y Acreditación de la UV. Su aporte fue fundamental para el éxito en el proceso de acreditación”, puntualizó.

Nota: Pamela Simonetti