“Pónele color a la teoría”: estudiantes de Sociología UV transformaron las ideas de pensadores postmodernos en originales expresiones gráficas
Exposición diseñada como parte de la asignatura Teoría Social Contemporánea II, que imparte la profesora Elisabeth Simbürger, fue concebida como un método de aproximación diferente a los casi siempre áridos textos y enfoques conceptuales que son objeto de estudio en este ámbito disciplinar.
En la Escuela de Sociología de la Universidad de Valparaíso, las teorías de Zygmunt Bauman, Donna Jeanne Haraway, Bruno Latour, Silvia Rivera Cusicanqui, Jean-François Lyotard, Charles Wright Mills y una diversidad de otros gigantes del pensamiento postmoderno adquieren una nueva dimensión.
Transformados por estudiantes en singulares expresiones gráficas, sus discursos y planteamientos ahora proponen, provocan e interpelan de una manera diferente: menos literal y limitante, más digerible y, hasta cierto punto, abierta a las interpretaciones y los subtextos.
Así al menos ocurre en la asignatura Teoría Social Contemporánea II de tercer año de esa carrera, que imparte la profesora Elisabeth Simbürger, gestora principal de un innovador método de aproximación a los casi siempre complejos y áridos textos y enfoques conceptuales que suelen emplear sociólogos, filósofos o antropólogos, y que en última instancia adquirió la forma de una exposición titulada “Pónele color a la teoría”.
Conformada por una veintena de dibujos, collages, acuarelas y trabajos en plasticina que fueron creados por diez estudiantes adscritos a dicho curso de pregrado, la muestra —que contó con el patrocinio del Centro de Investigaciones Artísticas de la UV— fue concebida como el cierre de un proceso de aprendizaje que abarcó gran parte del segundo semestre de este año.
Frente al desafío de cómo representar el conocimiento y comprender las teorías sociales de una manera más asertiva y menos ortodoxa, la profesora Simbürger echó mano al arte como lenguaje creativo e interdisciplinario, aspirando a que su alumnado pudiera contar con una perspectiva diferente para comprender mejor esas premisas y generar una nueva lectura para las mismas.
En tal sentido, y apelando a lo expresado por diversos intelectuales sobre la postmodernidad, la docente de la Escuela de Sociología de la UV argumentó que, en el contexto actual, las ciencias sociales han ido perdiendo su capacidad de expresar lo social en sus múltiples facetas. Por ello, y para superar esa tendencia —sostuvo—, se hace imperioso apelar a la esencia de la imaginación y expresar lo social en sus múltiples dimensiones, con metodologías más vivas.
“Esta exposición fue concebida como un encuentro creativo, donde la sociología se mezcló con el arte, para representar ideas o conceptos de las y los autores estudiados en la asignatura, desde una perspectiva sensible y aterrizada. En el fondo, más que un ejercicio, fue una fórmula que ya está inscrita en la teoría postmoderna, porque la esencia de los autores postmodernos es que ya hemos llegado al fin del gran relato, lo que significa también que ya hemos llegado al fin de ciertos dispositivos clásicos. Entonces, este método refleja las nuevas formas de relatar la vida social, que hoy adquieren un ímpetu mucho más visual”, explicó Elisabeth Simbürger.
Ventaja
La exposición “Pónele color a la teoría” fue inaugurada por la directora de la Escuela de Sociología, Daniela Jara, quien valoró de gran manera la iniciativa y destacó la ventaja que, desde lo pedagógico, supone el desafío de optar por un acercamiento distinto a las teorías sociales, más afectivo e integral y que va más allá de leer y discutir textos, a fin de que las nuevas generaciones de estudiantes puedan adentrarse y comprender mejor lo que en este ámbito disciplinar suele expresarse con un lenguaje difícil.
En línea con lo anterior, y en base a lo expresado por la profesora Simbürger, la directora de la Escuela afirmó que el ejercicio sensorial de dibujar permite aterrizar conceptos, como parte de un proceso colectivo, más horizontal y fluido.
En esta suerte de “curatoría sociológica” que fue montada en el patio central de la sede ubicada en calle Blas Cuevas, presentaron sus trabajos Catalina Lastarria, Sofía Marín, Ivar Avilés, Isidora Orellana, Martín Cook, Bastian Gómez, Francisca Vergara, Amaranta Sanhueza y Josefina Ayala, estudiantes de tercer año, quienes se mostraron más que satisfechos con el curso.
“La idea no consistió solo en crear un producto visual, sino en darle una nueva forma a la teoría, ya que por lo general nos quedamos con lo que dicen los textos que leemos, pero hacerlo desde una perspectiva más creativa, donde no hay tantas limitantes, despierta otras sensibilidades y hace que también las personas que están viendo las obras puedan entender un poco más a qué van los conceptos expresados, porque muchas veces en la sociología nos quedamos encerrados en nosotros mismos, en ideas que son muy complejas de explicar, pero que finalmente, la información expresada desde lo estético se transforma de pronto en algo bello y sus significados se hacen más claros”, aseguró Catalina Lastarria.
En tanto Ivar Avilés comentó que “esta actividad me dio la oportunidad de ver lo que uno está aprendiendo. Siento que gran parte de las teorías sociales guardan una concepción estética del mundo; una cierta sensibilidad y claves de cómo deberían ser las cosas o el mundo, cómo este debiera estar organizado. Entonces, mediante el arte, todo eso se pueden expresar en imágenes, que uno asocia mentalmente para valorizar o cuestionar ciertas ideas, como el discurso occidental. Y todo eso uno puede presentarlo a través de la expresión gráfica que ha decidido escoger”.
“Esta exposición me permitió escapar de la lógica académica actual y, al mismo tiempo, valorar el uso original del conocimiento, desde un sentido más clásico. Creo que textos que hemos leído antes en otros ramos, no siguiendo esta metodología, ahora los puedo entender mucho mejor y aplicarlos. Es una manera de situar el conocimiento e integrarlo, interiorizarlo y luego hacer que la sociología se transforme en algo más tangible. Además el hecho de que el grupo del curso fuera pequeño permitió que pudiéramos discutir mejor y ahondar en las teorías, haciéndonos preguntas el uno al otro, respecto de lo que estábamos graficando”, argumentó a su vez Josefina Ayala.
Finalmente, Francisca Vergara dijo que “para mí la creatividad se está dejando de lado en la enseñanza, en el mundo académico. Y esta forma diferente de digerir el conocimiento es muy útil. Muchas veces leo textos con la finalidad de que tengo que aprenderme esto y lo otro para la prueba. Entonces, cuando los leo pienso ‘¡ah!… esta frase es importante’ o ‘me la tengo que memorizar’, ‘este concepto lo tengo que entender así’. Pero este nuevo método me permitió romper con esa mecánica y ahora cuando leo siento que es distinto, que los conceptos los digiero de manera distinta, que mi cerebro piensa distinto. Dejas de pensar que lees para obtener un resultado o una buena nota”.










Nota: Gonzalo Battocchio / Fotos: Denis Isla